En este apartado haremos una pequeña reflexión sobre cómo
evaluar los ejercicios correspondientes a este tema.
Tal vez el ejercicio más representativo es aquel en el que
se mencionan ciertos elementos y se pide la comparación entre sí en cuanto a
ciertas propiedades periódicas se refiere. De modo que el alumno debe redactar
sobre la causa de que, por ejemplo, el flúor sea un elemento con mayor energía
de ionización que el oxígeno. Este ejercicio suele constar de estos apartados:
escribir la configuración electrónica de cada elemento, indicar su grupo y
periodo, indicar las posibles valencias y comparar la energía de ionización, la
afinidad electrónica, el radio atómico y la electronegatividad.
Es muy importante recordar que en dicho ejercicio el alumno
debe dar una justificación completa de la respuesta. Existen muchas maneras de
justificar dichas respuestas y el profesor debe ser comprensivo con dichas
justificaciones. Esto significa que mientras el alumno haya dado una
justificación mínimamente válida, sin errores y coherente (que los conceptos
queden bien relacionados), el profesor no debería poner restricciones de ningún
tipo.
Por tanto, el profesor debe abrirse a maneras de redactar y explicar la respuesta por parte del alumno y no juzgar como equivocadas aquellas que no se ajustan al método que se esperaba. Aunque esto pueda parecer obvio, debe recordarse que la asignatura en la que se da este tema no suele tener ejercicios en los que se tenga que redactar de esta manera y demostrar un nivel de comprensión de tal calibre. Con frecuencia el alumno intenta redactar la solución, es capaz de entender el fundamento, incluso puede que sea capaz de explicarlo en voz alta con exactitud pero fracasa a la hora de redactar. Estas situaciones muy frecuentes en temas de Biología no lo son tanto en Química y resultan más problemáticas que en el primer caso.
Para una mayor comprensión de cómo de adecuadas y exactas pueden
llegar a ser las respuestas en este tema se puede consultar la publicación de
Sergio Menargues: http://publicaciones.ua.es/publica/ficha.aspx?fndCod=LI9788479089443. No obstante, se recuerda que el alumno no tiene por qué llegar a tal nivel de precisión en sus respuestas y que esto depende en su mayor parte del esfuerzo realizado por el profesor en suministrar ejemplos, explicarlos, redactarlos, dictarlos, comentarlos o corregirlos.